Ser

Estoy triste. Estoy atrapado dentro de mí. Me encuentro fosilizado en mí. Me echo en mi cama. Empieza a llover, la niebla impide que pueda ver. Me siento pegado a mi cama, nadie viene a ver que me pasa. Nadie sabe como me siento. Nadie sabe que es lo que pienso. Logro atravesar la neblina y veo luz, luz de afuera con gente que rie. ¿Serán verdaderamente felices? Nadie me conoce. Me conocen, pero no completamente. ¿Es acaso que me gusta esta neblina? ¿Es acaso que me gusta sentirme solo? Siento miedo, miedo de que descubran mi verdadero yo, miedo de que haya gente oscura y enmascarada. Desearía que se quitaran la máscara, desearía que no existieran las máscaras. Quiero ser, quiero que todos sean. La neblina se va, veo luz de afuera. Estoy feliz. No me gusta la neblina. Amo la luz de afuera. Quiero que entre. Odio esta máscara. Odio la gente enmascarada. Me odio a mí mismo por no dejarla ir. ¿Será que me gusta esta máscara? O será que la tengo tanto tiempo que se ha impregnado en mí. La lluvia vuelve. Siento la presión en mí, nadie viene a ver que me pasa. Nunca vino alguien a verme. La neblina cada vez se hace más intensa, tengo miedo de no poder ver. Quiero ver, quiero ser. Veo luz, la dejaré entrar. Quiero que entre, deseo que entre. Ella entra. Ya no hay presión. Me muevo. Estoy triste porque extrañaré la neblina, esa neblina en la que solo estaba yo y era yo. Ahora soy yo sin la neblina, ahora soy yo con el mundo. Tengo miedo de que vuelva a llover y recaiga. La luz regresa, ahora está adentro. Me siento. En lo más oscuro y pequeño guardo la máscara. Desearía que todos lo hicieran. Sigo triste, nadie vino a ver que me pasaba. Sólo quiero ser, y ser con el mundo.